A principios de la década de 1930, Teófilo Mingueza realizó experiencias de cine en relieve. Para ello, acondicionó una cámara de 35mm., filmando en un solo fotograma, de forma vertical, la visión de ambos ojos, que a base de unas gafas con espejos y prismas, conseguían la sensación deseada. En 1935 patentó dicho sistema. Estas imágenes corresponden a un film documental sobre la capital alavesa, cuya producción se estima que es de 1933.