Jordi nació hace 51 años con parálisis cerebral. Aunque no puede hablar, se comunica utilizando su tablero alfabético. Así le cuenta a Maider, la directora de la película, que Dios le hablaba cuando tenía 21 años, pero que ya no lo hace. Un día, Jordi pide a Maider que viaje con él al santuario de Lourdes.
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