Primer largometraje dirigido por Gus Van Sant, rodado en blanco y negro con una cámara de 16 mm y un presupuesto de apenas 25.000 dólares, basado en la novela autobiográfica del poeta de Oregón Walt Curtis. Walt, un treintañero gay que trabaja en una tienda de alimentación, se enamora de Johnny, un innmigrante ilegal mexicano heterosexual que no habla ni una palabra de inglés.