En su visita reciente a Filmoteca Vasca, el gran Bertrand Tavernier nos contó una anécdota. Rodó junto a su hijo Nils Tavernier un documental sobre un suburbio francés durante seis meses. Allí entrevistó, entre otros, a un obrero de fábrica ya jubilado cuyo testimonio resultó extraordinariamente emotivo. Tiempo después, Nils y Bertrand le visitaron encontrándole ya gravemente enfermo, muy debilitado. En el umbral de su propia casa, cuando se despedía de Bertrand, el obrero le miró y le dijo: “Continúe transmitiendo”. Fue para Bertrand Tavernier una de las frases más conmovedoras que le han dirigido. Hubo en ella algo de “sagrado”, como una suerte de orden para un cineasta como él. Desde entonces, nos dijo, todo lo que hace, lo hace pensando en aquel hombre.
Hace ahora tres años, había ya por parte del Donostia International Physics Center (DIPC) y de la Filmoteca Vasca una firme voluntad compartida: la de transmitir cultura cinematográfica y cultura científica. Se nos une ahora en el empeño el Festival de San Sebastián: es motivo de alegría. Las presentaciones de películas y debates tras su visionado con científicas y científicos han sido y son la fórmula base de nuestro proyecto. A lo largo de las dos ediciones previas, el público con su fiel asistencia, ha parecido querer decirnos -como el obrero a Tavernier-, que sigamos transmitiendo. Y en ello estamos en esta tercera edición.
Con Ágora (Alejandro Amenábar, 2009) nos sumergiremos en los apasionantes debates entre religión y ciencia desde la Antigüedad a través de la destacada figura de Hipatia. ¿Por qué el clásico Gilda (Charles Vidor, 1946)? Hay 183,84 razones de peso (atómico). Gattaca (Andrew Niccol, 1997) nos llevará al campo de la manipulación genética. Proxima (Alice Winocour, 2019) es una de las joyas que salió con más brillo de la Sección Oficial del último Festival de San Sebastián. Her (Spike Jonze, 2013) es inteligencia articial y mucho más. Autómata (Gabe Ibáñez, 2014) es una distopía que profundiza en el mundo de la robótica. El árbol de la vida (2011) es de Terrence Malick y ganó el Festival de Cannes: en pantalla grande crece… Nuestros habituales repasos de clásicos de la ciencia ficción tienen este año en El hombre con rayos X en los ojos (Roger Corman, 1963) y La mujer en la luna (Fritz Lang, 1929) dos nuevos ejemplos magníficos. Con Despertares (Penny Marshall, 1990) nos acercamos a la neurología a través de los ojos de Oliver Sacks, mientras que con Ad Astra (2019) James Gray combina el viaje interior con la aventura espacial.
Seguimos transmitiendo.